El Genio Maligno de Descartes

El Genio Maligno de Descartes

El Genio Maligno de Descartes es lo mismo que decir el dios maligno, el engañador.

Así como creo que Nietzsche es el primer posmoderno, creo que Descartes es el primer moderno. Y dedicó unas pocas frases a la imagen de un demonio curioso llamado el Genio Maligno engañador.

René Descartes fue un filósofo francés nacido en la última década del siglo XVI y muere a mediados del XVII. No solo se dedicó a la filosofía también exploró la física y a la matemática.

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Descartes en el Discurso del Método: Pienso, luego existo

Su primer texto fue absolutamente disruptivo: El Discurso del Método (1637). Con él logra, a través de la fuerza de la retórica y argumentativa una ruptura en cómo se hacía filosofía. Y él estaba muy consciente de ello.

En definitiva, fue Descartes quien hizo la transformación del pensamiento occidental. Hizo el paso de la Edad Media a la Edad Moderna con las reglas del método y su pienso, luego existo.

En su texto posterior Meditaciones Metafísicas (1641), él “se aplicaría seriamente y con libertad a destruir en general todas sus antiguas opiniones”.

Para ello, pone en duda todo lo que puede constituirse con los sentidos. Porque puede haber un Genio Maligno. “No menos artero y engañador que poderoso, el cual (puede) usar toda su industria para engañarnos”.

Por consiguiente, desconfía al igual que Parménides y Platón de todas las sensaciones como acceso al conocimiento. Ya que la filosofía tiene la empresa de encontrar certezas, lo real y verdadero. Por lo tanto, los cinco sentidos y el mundo sensorial es mera apariencia.

¿Pero dónde aparece el Genio Maligno de Descartes?

El Genio Maligno en las Meditaciones Metafísicas de Descartes

Dice en la Primera Meditación:

«Supondré, pues, que no un Dios óptimo, fuente de la verdad, sino algún Genio Maligno de extremado poder e inteligencia pone todo su empeño en hacerme errar; creeré que el cielo, el aire, la tierra, los colores, las figuras, los sonidos y todo lo externo no son más que engaños de sueños con los que ha puesto una celada a mi credulidad…»

Por lo tanto, el filósofo se refugia en el Logos. Es decir, en la voz de la consciencia o en la razón. De esta manera, alcanzar la totalidad de lo real y verdadero, donde el pensamiento racional, el Logos, ordena el mundo.

En la misma meditación el también dice:

«Pero quizá Dios no ha querido que yo me engañe de este modo, puesto que de él se dice que es sumamente bueno; ahora bien, si repugnase a su bondad haberme creado de tal suerte que siempre me equivoque, también parecería ajeno a la misma permitir que me engañe a veces; y esto último, sin embargo, no puede ser afirmado.»

Curioso.

Si hablamos de los sentidos y de su engaño (del Genio Maligno de Descartes). Nos preguntamos: ¿El mismo Dios, los Elohim, nos dice en el Génesis 1:3: Sea la luz; y fue la luz. 1:4 Y vieron los Elohim que la luz era buena…?,

«Vio que la luz era buena». La captó con su sentido de la vista.

¿Será que los Elohim también pudieron ser engañado por el Genio Maligno en su percepción de la luz aparentemente buena?

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